Estuvimos más de 5 horas cenando, hablando, riendo, compartiendo anécdotas. La verdad es que fue una muy buena experiencia. Oliver ha viajado y vivido en medio mundo y es increible la de experiencias que ha ido acumulando. Estuvimos hablando sobre las diferencias entre nuestras culturas, tradiciones, ... En definitiva, una velada de lo más interesante. Es una pena que ya tengamos que irnos de Kyoto. Son todos encantadores, si volvemos a Kyoto ya sabemos donde hospedarnos.
domingo, 11 de abril de 2010
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